18 septiembre 2009

El Hogar es para mi... ilusión, sueños y trabajo enriquecedor


Mucho podría escribir acerca de las niñas del Hogar Tesape Porá pero por más que escribiera, nunca lograría expresar hasta cuánto alcanza el impacto que ellas han tenido sobre mi vida.

Cuando mi amigo Ramón me dio a conocer el proyecto hace ya tres años, algo nuevo empezó a moverse en mi interior, fue una energía intensa y electrizante, que me hizo vibrar como nunca… Sentí realmente la llamada de la solidaridad, para muchos un valor y para mí, ya una vocación de por vida.

Enseguida contacté con Sor Teresita Burguez, la directora del Hogar. Escribiéndonos semana sí, semana también, la posibilidad de recibir un correo desde Villarrica se convirtió en una ilusión diaria que me hacía enormemente feliz… Yo preguntaba y preguntaba, necesitaba saber más acerca de aquellas preciosas niñitas de las fotos que me mandó Ramón… Poco a poco y por vía electrónica, fui conociendo a las protagonistas de esta gran historia y día a día, fui queriéndolas con toda mi alma.

En los primeros tiempos, la indignación y la rabia se apoderaron de mí. Esos ojos, esas caritas tan dulces… ¡cómo podían esconder historias tan terribles! Pero al final fui comprendiendo que su realidad pasada no podía cambiarse y que debía centrarme en trabajar por cambiar el futuro que les esperaba. Nunca tuve un reto más bonito y ambicioso al mismo tiempo.

Pasaron los meses y mi deseo de visitar Paraguay fue creciendo de manera exponencial, contaba los días que faltaban para viajar y conocer a las “brujitas” que habían hechizado mi corazón para siempre. Finalmente llegó el día y en agosto de 2008 disfruté de 15 maravillosos días a su lado. Desde entonces, mi vida cambió. Cada día me despierto con una ilusión que me llena el corazón y al final del día, cuando me duermo, sueño con la construcción de un futuro cada vez mejor que tanto se merecen las preciosas niñas de Tesape Porá.

Y este año, la estancia en el Hogar ha sido, si cabe, más especial. Hemos podido compartir la experiencia con voluntarios de otras ONGs que tienen un alto nivel de compromiso y con los que hemos iniciado una bonita colaboración. Personalmente, he ganado un gran amigo, Andrés Astorga, Presidente de la ONG AIKOVESÉ, con quien ya estamos trabajando hace algunos meses conjuntamente en beneficio de las niñas, él desde Jerez y nosotros desde Barcelona. También compartimos experiencias con varios voluntarios de la ONG Madre Selva de Madrid, ¡muchas gracias por todo! a Ainhoa, Rafael, Juan, Javier y a mi buen amigo Ramón.

Una de las actividades que compartimos fue una reunión con Sor Teresita acerca del presente y el futuro del Hogar. Fue muy enriquecedora, al exponer cada uno de nosotros nuestra visión personal de la realidad del hogar y haciendo un brainstorming sobre las diferentes alternativas que se nos ocurrían para mejorar aquello que no acaba de funcionar.

¿Y cómo se presenta el 2010 en el Tesape Porá? Muchos sueños por cumplir, entre ellos, ver crecer el número de amigos que apoyen esta gran causa. Desde IKATÚ, estamos finalizando un programa de actividades que abriremos a la participación de todos aquellos amigos y voluntarios que deseen unirse a esta aventura solidaria. Entre otras acciones, organizaremos una fiesta benéfica antes de Navidad, para recaudar fondos para las niñas. También os presentaremos el proyecto “Fondo de Educación”, en el que quien lo desee, podrá ser “Padrino de Educación” de una de las niñas y así ayudarla en su formación académica y extraescolar (clases de inglés y de informática). Por último, estamos ultimando el diseño de un nuevo proyecto, el “Fondo de Salud”, enfocado a crear un fondo de previsión para enfermedades o necesidades de medicamentos extraordinarias (por ejemplo, en estos momentos hay una niña, Andrea, que está enferma de los riñones y necesita mensualmente medicamentos por valor de 2 millones de guaraníes. Este importe representa un coste exorbitado para el Hogar, que tiene como presupuesto mensual oficial 16 millones de guaraníes, es decir, sólo los medicamentos de Andrea consumen el 12,5 % del presupuesto total mensual para todas las niñas).

Otro tema a solucionar en el Hogar es el sostenimiento del coste de personal, las tías cuidadoras. En estos momentos estamos trabajando con Sor Teresita y miembros de AIKOVESÉ y Madre Selva a fin de diseñar entre todos un proyecto que pueda solucionar los problemas de autosostenimiento del Hogar. Uno de los pilares de la autofinanciación de Tesape Porá podría ser la conversión de los talleres profesionales de panadería, costura y agricultura biointensiva en micronegocios capaces de generar fondos propios y disminuir paulatinamente la dependencia económica de las ayudas de las ONGs internacionales como IKATÚ, AIKOVESÉ y Madre Selva. Este proceso requiere un buen diseño y una buena gestión del proyecto y en esta fase estamos… Os iremos informando de los progresos y del proyecto final, que tenemos intención de presentar a varios organismos nacionales e internacionales para obtener financiación para los primeros años de su implementación.

A medida que vayamos avanzando, iremos colgando la información en el blog para todos aquellos que deseéis participar en las actividades que se vayan iniciando.

Hasta entonces, os enviamos un fuerte abrazo y mucha energía positiva.

Con cariño,

Elena Sarasa.

15 septiembre 2009

Balance de 2 semanas en el Hogar (I)

Transcurridas dos semanas desde que escribiera, el 31 de agosto, el Post "Llegada al Hogar Tesape Porá", la primera estancia en el Hogar llegó anteayer a su fin. En aquel Post describía las primeras impresiones sentidas al llegar a Villarrica, al Hogar, el impacto primario de aquella recepción tan afectuosa -sigo sin hallar el adjetivo que pueda definir con precisión esa bienvenida-. Entonces concluí el Post con un párrafo en el que reflexionaba en estos términos: "El reto en el Hogar es ser capaz de tener siempre muy presente que son las niñas quienes necesitan ser ayudadas y que somos los adultos quienes debemos ser capaces de tomar las decisiones adecuadas para ayudarlas, sin caer en el error de actuar en realidad en nuestra ayuda, porque es fácil caer en la autocomplacencia paternal de quien se siente ''bien'' por estar ayudando a los demás y recibe el afecto de las niñas.".

Tras 14 días, retomo esa reflexión y la ampliaré con un primer balance de esta experiencia tan conmovedora y por momentos realmente (insólitamente) pura. Antes, una apreciación que particularmente me parece esencial: el Hogar pretende ser una familia y a menudo lo consigue. Esta frase, así expuesta, dice más de lo que quizá parezca. Algunas palabras de tan usadas han perdido la potencia de su significado, erosionado por tópicos y lugares comunes. Pero no, aquí elijo las palabras con cautela y precisión, y repito que el Hogar pretende ser una familia y que a menudo lo consigue. Y todos (todos) sabemos lo difícil que resulta edificar un entorno familiar, con sus rutinas y sus jerarquías, sus relaciones, sus roces, sus apegos, sus complicidades, empatías y su contexto común que, como un enorme barco, bascula suave o bruscamente. La familia crece y se desarrolla, siempre es dinámica, y aquí radica su complejidad: no hay photo finish, no hay un método infalible, lo que hoy funciona quizás a medio plazo no sirva, no puede detenerse y decir: "ya está, ya todo funciona, y a partir de ahora todo funcionará".

El Hogar consigue a menudo ser una familia. Estos días, una familia de 35 niñas, más las Tías, las Sores, los voluntarios y las maestras. La complejidad es enorme. Pero en el Hogar habita todavía, y confiemos que por mucho tiempo, un sentimiento de complicidad común por el que las jerarquías existen pero no se imponen inflexiblemente, porque abunda la capacidad de tratar a cada una de las niñas por su nombre, mirándola a los ojos, ejerciendo de adulto cuando es imprescindible hacerlo, pero ejerciendo de amigo cuando es posible serlo.

Hablo desde el punto de vista de un voluntario. Habrá otros puntos de vista, otras miradas y enfoques, otras experiencias y vivencias. Pero expongo la mía con la máxima transparencia para constatar cómo el Hogar consigue uno de sus objetivos esenciales, el que le da nombre. Y créanme quienes lean estas líneas desde la distancia que no me motiva la complacencia y que aborrezco el maquillaje emocional, que no relato lo que querría que fuese el Hogar ni paso de largo por aquello que puede mejorar y debemos contribuir para que mejore. Que lo hay.

Pero en el Hogar he convivido con niñas felices, educadas, atrevidas (sí), peculiares (sí), cariñosas (¡qué lección!), amables cuando se sienten respetadas, confiadas cuando se gana su confianza (no siempre resulta tarea fácil, pero emprenerla es lo más agradecido que me ha ocurrido en... 20 años?), dolidas (sí), pero casi siempre con la vitalidad desbordante, la mirada vivísima, el empeño por sentir, hacer y ser, aún cuando, como toda niña y adolescente, padezcan temores, miedos, inseguridades, desconfianzas, o ecos de sufrimientos padecidos seguramente inimaginables para muchos de nosotros.

Sin embargo, la preocupación por las niñas no es tanto por su pasado como por su futuro. El origen conflictivo que las trajo al Hogar merece, seguro, una atención especial para detectar aquellos lugares que todavía duelen e intentar reforzarlos, paliarlos, mimarlos, para dotar a las niñas de los instrumentos personales esenciales para crecer con integridad, dignidad y amor propio. Pero en el horizonte está el momento en el que las niñas asuman su madurez, fuera del Hogar, y tomen sus decisiones como mayores de edad. Cuando ello ocurra, todo cuanto hayamos podido ofrecerles para equiparlas con el máximo de fortaleza interior, formación, autoestima, conocimiento real de su contexto e ilusión por luchar por una vida digna, será de gran valor para ellas. Y todos los que deseamos contribuir a este objetivo disponemos del presente para hacerlo, des de donde nos sea posible, como nos sea posible, en la medida en que nos sea posible.

Y no todas las ayudas son la misma ni deben serlo. Pero todas las ayudas deben confluir en el bien de las niñas. Sin excedernos, sin obviar el contexto socioeconómico del Paraguay, sin jugar al Pigmalión, sin querer molderlas como estatuas. Y trabajar por el bien de las niñas es actuar en favor de sus aptitudes (y conviene escucharlas y obtener su confianza para saber y detectar cuáles son esas aptitudes, quizá incipientes, quizá ya consolidadas, quizá todavía confusas), de quienes son y quienes pueden llegar a ser (no quienes querríamos que llegaran a ser), sin desprenderse de su amor propio y su dignidad. Éste, el de la dignidad básica, es el límite que con nuestro trabajo y colaboración debemos tratar de evitar que pierdan de nuevo.

Los niveles de ayuda varían des de los asistenciales hasta los más sutiles e invisibles. Todo aquel que desee noblemente contribuir puede aportar su colaboración, sea presencial, sea material, sea logística, sea a nivel de conocimientos. En el Hogar Tesape Porá hemos convivido estas dos semanas con distintos perfiles de voluntarios, y todos hemos tratado de aportar a nuestra manera lo mejor de nuestras aptitudes para beneficiar a las niñas. Des de la optimización de aspectos estructurales y de organización del Hogar hasta el trato capilar con las niñas, el trato de tu a tu, el decir "Hola Sole, ¿cómo andas?" y recibir por respuesta una conversación, no un monosílabo evasivo o una sonrisa pavloviana.

Éste, en mi caso, es el mayor regalo recibido estos días en el Hogar: el abrir algunas compuertas que tienden a estar cerradas, el poder confiar y ser confiado, el conocer por voz propia los anhelos, algunos temores, los gustos, las sonrisas, las bromas, los tics, los dejes, las maneras de expresarse, los recelos y la generosidad y la asombrosa afectuosidad de las niñas del Hogar. Conocerlas es amarlas, créanme. Y requiere paciencia, y tesón, y escuchar, y atender a detalles (gestos, miradas), y saber decir que sí y saber decir que no, y actuar como adulto cuando procede, pero saber bajar a su nivel cuando conviene, para jugar, para sonreír, para rebajar tensión, para compartir y para que, en aquellos casos en los que procede, puedan acercarse a los adultos, más allá de jararquías biológicas o docentes, con confianza y así disponer de referentes mayores en los que confiar.

En un próximo "Post" proseguiré con mi personal balance de esta muy enriquecedora e, insisto, conmovedora (primera) experiencia en el Hogar Tesape Porá.

Saludos afectuosos para todos,

Santi

14 septiembre 2009

"Mombyry guive nderehe che mandu´a"

"Desde la distancia me acuerdo de ti", es la frase en guaraní que enmarca la entrada al hogar de Tesape Porá. La he traído conmigo y sé que me acompañará siempre, sé que recordaré cada beso (ñehetu), cada abrazo (añua), cada sonrisa, cada gesto, cada mirada, cada caricia… todas las cosas que han hecho que vuelva cargada de ilusiones, de emociones y de ganas de darle sentido a una vida que empezaba a antojarse vacía.

Mañana me ahogará el silencio al despertar: no oiré sus risas, no oiré sus gritos ni sus carreras por los pasillos. Me ahogará saber que no podré verlas, que no podré desayunar con los besos y los abrazos más tiernos y dulces, que no podré jugar con ellas, ni hablar con ellas, ni ayudarlas a peinarse, ni acompañarlas al colegio sintiendo sus manos agarradas a las mías, ni podré acompañarlas a la cama, ni podré darles el beso de buenas noches, ni, ni, ni…

Aún así, no me embarga una tristeza insoportable. Es una tristeza que me hace sentir viva, que hace que tenga muchas ganas de que esta experiencia marque un antes y un después en mi vida, que esto no se convierta sólo en unas cuantas palabras escritas en un blog. Tengo claro que volveré (muy pronto), que yo ya no puedo mantenerme al margen del hogar, que quiero pertenecer a él para siempre y seguir de cerca a cada una de esas niñas: ayudarlas, apoyarlas, enviarles cariño, recordarles que las recuerdo, seguir brindándoles mi confianza y mi amistad.

Es, sin duda, lo mejor que he hecho en toda mi vida. La experiencia más gratificante, conmovedora e instructiva (no podéis imaginar cuánto se puede aprender de esas niñas!) que haya tenido jamás. Mil gracias a tod@s l@s niñ@s (algunos disfrazados de adultos) que lo han hecho posible. :)

08 septiembre 2009

¡Rebelión en la granja!


¡Hola amigos y voluntarios de IKATU!

Hoy os hacemos partícipes de la inolvidable y "agotadora" jornada del pasado domingo en la Granja-Escuela del Hogar Tesape Porá.

En un entorno natural precioso, entre palmeras y cultivos, pasamos el día niñas y voluntarios, entre juegos y chapuzones en la "pileta" (piscina).

Lo pasamos en grande, ya que fue un día soleado y alegre en el que disfrutamos todos a tope.

De la comida se encargaron nuestros amigos voluntarios Andrés y Belén, que prepararon con mucho cariño un risotto y filetes para todos. ¡Estaba todo riquísimo!

Las niñas y los voluntarios os mandamos muchos besos desde Villarrica.

Elena

06 septiembre 2009

15 Días en el Hogar Tesape Porá, Paraguay

Patricia, voluntaria IKATU 2009,
junto a las mellizas Marylin y María Elisa


¡Hola amigos de IKATU!
A continuación os transcribimos el testimonio que nos envía Patricia J. Arellano, voluntaria IKATU que estuvo en el Hogar Tesape Porá la primera quincena de agosto. Muchas gracias, Patricia, por tu solidaridad.
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15 Días en el Hogar Tesape Porá, Paraguay
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Llegué hace dos semanas a Madrid, y todavía no sé si seré capaz de poner por escrito todo lo que he vivido durante 15 días en el hogar; las sensaciones, las vivencias con las niñas se agolpan, es difícil empezar. Visto con un poco de perspectiva parece poco tiempo, pero os puedo asegurar que cada día se vive con tal intensidad y pasan tantas cosas que regreso con la sensación de formar parte de la familia de Tesapé Porá (Mirada Linda en Guaraní).

Ha sido mi primera experiencia como voluntaria, y desde ya lo recomiendo porque es muy reconfortante. Sinceramente creo que lo que te aporta es significativamente superior a los que das, o al menos eso pienso yo, aunque espero haber dejado mi pequeña contribución porque de “poquitos” se puede conseguir “muchito”.

La familia la componían 40 niñas, entre 2 y 15 años, Sor Tere y 6 “Tías” Cuidadoras, y durante el tiempo que estuve, 7 voluntarios; tres italianos de una misma familia y 4 españoles.

Me gustaría empezar hablando de Sor Tere, Sor Tele como la llamaba Dana de 4 años. Una mujer fabulosa, que lleva el hogar con la disciplina del amor incondicional a sus niñas. Su forma de gestionar el hogar la puso de manifiesto nada más llegar, al preguntarle cuales serían nuestras funciones ella nos dijo, “ya iréis viendo que debéis hacer, el hogar os llevará” y así fue, un ritmo oculto en un caos maravilloso de 40 niñas con constantes necesidades: peinar, lavar, limpiar armarios, dar clases de apoyo y todo ello conversando con las mayores y cantando con las pequeñas. Hago hincapié en lo de cantar, porque les enseñamos una canción y estuve cantándola los 15 días casi de manera permanente: “Tía, tía… el cocolilo”. A los voluntarios, algunas niñas también nos llamaban Tía como a las “Tías” cuidadoras; son 6 y cada una tiene una función en el Hogar. Tía Jeni se encarga de las cuestiones médicas, Tía Miriam, de los temas administrativos y varios (que bien nos cuidó), Tía Rosana de lavar la ropa (para lo que cuenta con 2 lavadoras y 1 secadora y lo que más se utiliza, dos manos y cepillos), Tía Noemí de la cocina (todo un mérito), Tía Sonia se encarga de las mayores, Tía Maria José de las pequeñas. Y Tía Cristi y Tía Marlene que hacen de todo y para todos (estupendas). Si así es, 6 para 40; os podéis hacer una idea ¿no? Ellas también reciben a los voluntarios con muchísimo cariño, y nos cuidan como si formáramos parte de la familia. Todas ellas muy especiales, también ellas necesitan y agradecen el cariño y la charla.

De las niñas, poco puedo decir, porque lo que diga serán palabras vacías, tenéis que ir a conocerlas. A todo se adaptan, todo les gusta y les divierte, dan cariño permanente, besos, abrazos….y todo a pesar de las historias que arrastran. Convivir con ellas llena cada segundo. Las jornadas son largas e intensas, no hay tiempo para el cansancio. Me acuerdo un día que fuimos a la Granja Escuela, con las pequeñas, el computo era el siguiente 5 voluntarios para 15 niñas de no más de 6 años; inenarrable. Después de unas hora, persiguiendo a las niñas para que no se tiraran a la piscina, haciendo volteretas, sujetándolas para que no se metieran en el establo de la vaca, etc.… le digo a Sor Tere “Estas niñas no se cansan nunca, estoy agotada” y me contestó con mirada pícara “Solo se cansan los que no tienen espíritu de niño”, inmediatamente me puse a correr; quería recuperar ese espíritu perdido hace tanto tiempo. Cuando llegue a Madrid, empecé a enseñar las fotos que con tanto cariño hice y me hice con las niñas y me di cuenta, que lo que para los demás eran fotos de niñas de diferentes edades, para mí eran más de 150 fotos de historias, de experiencias…..de vidas.

Patricia J. Arellano

03 septiembre 2009

Nuevo Blog del Hogar Tesape Porá


¡Hola amigos de IKATU!

Aprovechando nuestra estancia en Villarrica y atendiendo a una de las ilusiones de Sor Tere y del resto del personal del Hogar, hemos creado un blog para Tesape Porá.

Nos quedan ahora 10 días de estancia y vamos a intentar enseñarle a Sor Tere y a Miriam Borda (asistente social del Hogar) cómo funciona para que puedan actualizarlo con las novedades del Hogar cada vez que deseen.

El link del blog:
http://tesapepora.blogspot.com/

Un abrazo a todos y os animamos a seguirlo!

Muchos "cariños" desde Villarrica

Elena Sarasa